La Organización Mundial de la Salud define la sexualidad como un aspecto central del ser humano, el cual está presente a lo largo de toda su vida.

Abarca elementos como el sexo, identidad y papel de género, el placer, el erotismo, la reproducción y la orientación sexual.

A continuación, te contamos que ocurre cuando la sexualidad se manifiesta de forma anormal.

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Las Parafilias

El concepto de “filia” tiene un significado muy amplio y suele hacer referencia a cualquier tipo de afición por una actividad concreta. En psicología se usa mayormente en el campo de la sexualidad y cuando dichas filias son muy marcadas y atípicas se conocen como parafilias.

Podemos definir una parafilia como la presencia de comportamientos y fantasías sexuales en donde la fuente del placer no radica en la actividad sexual, sino en alguna otra cosa o actividad que la acompaña.

Las parafilias normalmente son inofensivas si no implican malestar de la propia persona o de quien la rodea, consistiendo simplemente en una preferencia sexual.

No obstante, en ocasiones esta preferencia sexual implica elementos o personas que no aportan su consentimiento, o simplemente dificultan las relaciones de pareja.

Algunos ejemplos de estas parafilias son las siguientes:

  • Fetichismo
  • Exhibicionismo
  • Voyerismo
  • Masoquismo sexual
  • Sadismo sexual
  • Pedofilia
  • Necrofilia
  • Zoofilia o Bestialismo

Son por lo tanto patrones de la conducta sexual en los que el deseo, el placer y la excitación dependen en su mayor parte de elementos atípicos, dependiendo de la intensidad de la preferencia manifestada y del malestar que la acompaña a la persona que lo sufre y a los que le rodean.

Zoofilia como Trastorno Parafílico

La zoofilia es un trastorno de la sexualidad que consiste en la constante atracción sexual hacia animales. Es una de las parafilias más conocidas y puede ser devastadora para quienes la padecen, ya que tiene graves efectos tanto en ellos como en quienes les rodean.

La diferencia entre zoofilia y bestialismo es que en el segundo caso la persona llega a consumar sus fantasías sexuales.

Los zoofílicos se suelen avergonzar de los actos que llevan a cabo, ya que les causan una sensación de malestar y ansiedad, por no mencionar el deterioro constante que sufren a nivel social, laboral y familiar.

Es muy difícil conocer la prevalencia exacta de la zoofilia, pero se trata de un trastorno muy poco frecuente en la población general, de tal forma que los psicólogos la clasificamos dentro de los trastornos parafílicos no especificados.

No obstante y como en otras parafilias, se ha propuesto la teoría de que existe una asociación causal entre la excitación que experimenta la persona y el animal.

Las prácticas zoofilicas se dan normalmente en zonas aisladas y de difícil acceso, en lugares en donde el contacto humano se ve más limitado.

Tratamiento Psicológico para la Zoofilia

El tratamiento de la zoofilia es similar al del resto de las parafilias. La intervención terapéutica se basa en mayor medida en técnicas conductuales y cognitivas, aplicando en los casos más extremos tratamientos médicos basados en hormonas.

Destacamos las siguientes:

Terapia Cognitivo-Conductual

Estrategia basada en la aplicación de métodos aversivos de extinción de la conducta. Se asocia un estímulo aversivo a una conducta no deseada, pretendiendo provocar una nueva respuesta de rechazo cuando la persona esté ante la presencia de los estímulos que provocan la respuesta sexual disfuncional.

Entrenamiento en Habilidades Sociales

Muchas personas que padecen este trastorno muestran un déficit en la capacidad de apreciar la conducta para relacionarse con otras personas de una forma adecuada, llegando a ver cómplices en sus “víctimas” a través de los deseos que proyectan en ellas.

Es decir, no con capaces de apreciar que no todo el mundo desea lo que ellos, y por tanto sienten que su conducta está justificada.

El entrenamiento de la asertividad es muy útil para negociar de una forma más responsable sus necesidades con otras personas, por lo que pueden controlar mejor su deseo sexual.

Técnicas Cognitivas

El primer paso es identificar las distorsiones que causan la desviación sexual, para emplear más tarde estrategias para refutarlas.

El objetivo es localizar en el momento de la ocurrencia los pensamientos desadaptativos y utilizar argumentos entrenados previamente en la terapia para refutarlos y reemplazarlos con ideas más sanas.

Tratamiento Hormonal

Este tratamiento se suele aplicar a aquellas personas que representen un peligro tanto para ellos mismos como para la sociedad.

Son aquellos casos en los que la conducta sexual está fuera de control al ser especialmente intrusiva, frecuente y grave. Se someten a un régimen de hormonas que reduce el interés sexual del paciente, disminuyendo del mismo modo la pulsión y el deseo sexual.

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