El rechazo hacia una madre es más común de lo que piensas. Por eso, a continuación, verás 5 motivos que lo expliquen.

5 causas de rechazo hacia la madre

Para conocer las posibles causas de rechazo hacia nuestra madre, primero deberemos saber nuestra condición o relación con ella. ¿Por qué? Pues sencillo: puede tener una explicación edípica.

Esto significa que en caso de ser varones, es más probable que nuestros motivos se relacionen con algunas cuestiones del Complejo de Edipo, el cual se ha podido generar en la infancia infancia. De igual forma, también es común entre las mujeres.

En la infancia, el Complejo de Edipo aparece. En esa época, comenzamos a conocer algunos aspectos de nuestra sexualidad. Por ende, “confundimos” el amor sentido hacia nuestra madre por un amor incestuoso, dado que no existe una función interna que por el momento, “prohíba” una actitud incestuosa.

De tal manera, tomamos a nuestra madre como nuestro objeto deseado, por lo que nuestro padre pasa a ser considerado un enemigo.

Sin embargo, esta situación cambia, luego de que aparezca el complejo de castración: una amenaza de que, en caso de continuar con esta actitud “prohibida”, perderemos nuestra parte sexual apreciada (los genitales).

De esta manera, tiende a reprimirse el complejo, debido a la enorme valoración por nuestro cuerpo. Sin embargo, solamente se reprime. Por eso, es común que, al no poder concretar esta actitud prohibida (gracias a la aparición instancia superyoica que perpetúa el impedimento), conservemos cierto rechazo hacia ella. (Una actitud típica es no querer que nos vean el público con ella, por miedo a que “confundan” nuestras intenciones o ser mal visto en sociedad).

Como te hemos mencionado, ésta puede ser la base o la primera causa de rechazo hacia una madre. Sin embargo, hay posibilidades más específicas, que pueden derivarse a raíz de este estado ocurrente en nuestro pasado.

Un segundo posible motivo por el cual tendremos rechazo hacia nuestra madre puede deberse a una posible pelea entre nuestros padres. Ya sabes: las separaciones. Estas situaciones conflictivas tienden a dividir a la familia, por lo que es común que, dependiendo del contexto, tomes partido por uno u otro. En los hombres, es común “posicionarse” en el rol del padre –y esposo de tu madre-, por algunos restos del Complejo de Edipo que quedaron reprimidos. De esta manera, si estás atravesando la separación de tus progenitores o la has transcurrido con vaivenes emocionales, puede que sea un motivo importante.

Un tercer motivo es el de las trabas emocionales. En ocasiones, nuestros padres son figuras que se presentan de forma distante, o simplemente no tenemos la confianza en la relación para expresarnos como quisiéramos. Esta situación puede derivar en un trato frío o rechazo hacia tu madre.

Una cuarta razón pueda deberse en traumas infantiles. Una escena traumática no implica que sea algo grave, sino más bien algo que nos ha impactado en nuestra vida. Por ejemplo: hay chicos que son presionados para obtener buenas notas o para elegir una carrera que no les gusta. Por eso, en caso de que los hayas obedecido y te sientas frustrado en la actualidad con respecto a ese tema, es posible que tengas un trato distante con tu madre. Generalmente, no sabrás cómo canalizar tus sentimientos (dado que no hayas la raíz del problema). Incluso, puedes tratarla mal sin siquiera una explicación, pero si miras en retrospectiva te darás cuenta de los motivos.

Como quinta y última explicación, existen los padres autoritarios que limitan nuestro disfrute. Quizás, en el afán de cuidarnos y protegernos de los peligros, hayan limitado nuestra sociabilidad de pequeños, prohibiéndonos muchas cosas que nos hubieran gustado. Por eso, en caso de que en la actualidad las cosas “no nos salgan como esperamos”, relacionemos de forma inconsciente estos problemas a nuestra infancia.

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